Antonio Alvarado: La ternura del código.
Viernes 5 de octubre, inauguración a las 8 de la tarde.
La ternura del código es una exposición que nos habla de la relación del hombre con la tecnología y de cómo el hombre puede convertirse en una herramienta de esta.
Los avances tecnológicos han hecho posible que las teorías y ensayos, tanto del arte como de la ciencia, que aparecieron a finales del XIX y principios del XX se hayan hecho posibles traspasando todas las barreras dimensionales. Los mundos virtuales, son (o nos parece) en este momento más reales que la realidad misma, realmente puede llegar un m
omento en que el límite parece romperse.
La realidad tiene dos, tres, cuatro, n dimensiones, a modo de diamante tallado, con múltiples facetas que nos presentan la realidad como algo difícilmente aprensible.
¿Cuál es la obra musical en una sinfonía, la partitura o la interpretación? De algo concreto e inamovible pasamos a algo aleatorio y múltiple, nunca se ha interpretado una obra musical dos veces igual.
Las nuevas tecnologías nos permiten hacer lo mismo con las artes plásticas, las reinventan. Pero al igual que en la música, toda obra realizada con un ordenador tiene una partitura, realmente tiene varias, múltiples partituras y permite que esas partituras compartan protagonismo con la obra plástica, integrándose en ella. Pero esa nueva obra así formada tiene una nueva partitura que a la vez puede derivar en otra obra plástica y así hasta el infinito. Pero no solo en otra obra plástica sino también en una obra sonora y por lo mismo toda obra sonora encierra una obra plástica, una partitura, una interpretación de la realidad y todo aquello que podamos y no podamos imaginarnos.
Con mi trabajo, que parte de nuestro mundo cotidiano, voy retirando las distintas capas de esa realidad como si de una amante del siglo XIX se tratara que llena de corsés, refajos y miriñaques parece que nunca va a desvelarnos su propia piel. Es un proceso de conocimiento que establece un contacto intimo con la máquina y la complejidad de su cerebro, similar al mío pienso; este proceso íntimo y personal se convierte en ternura a medida que ahondas pues sabes que en última instancia estás trabajando con un ser indefenso y debil, ignorante incluso de si mismo y al que en cualquier momento puedes destruir o inutilizar simplemente desconectandolo de la corriente eléctrica.
La realidad tiene dos, tres, cuatro, n dimensiones, a modo de diamante tallado, con múltiples facetas que nos presentan la realidad como algo difícilmente aprensible.
¿Cuál es la obra musical en una sinfonía, la partitura o la interpretación? De algo concreto e inamovible pasamos a algo aleatorio y múltiple, nunca se ha interpretado una obra musical dos veces igual.
Las nuevas tecnologías nos permiten hacer lo mismo con las artes plásticas, las reinventan. Pero al igual que en la música, toda obra realizada con un ordenador tiene una partitura, realmente tiene varias, múltiples partituras y permite que esas partituras compartan protagonismo con la obra plástica, integrándose en ella. Pero esa nueva obra así formada tiene una nueva partitura que a la vez puede derivar en otra obra plástica y así hasta el infinito. Pero no solo en otra obra plástica sino también en una obra sonora y por lo mismo toda obra sonora encierra una obra plástica, una partitura, una interpretación de la realidad y todo aquello que podamos y no podamos imaginarnos.
Con mi trabajo, que parte de nuestro mundo cotidiano, voy retirando las distintas capas de esa realidad como si de una amante del siglo XIX se tratara que llena de corsés, refajos y miriñaques parece que nunca va a desvelarnos su propia piel. Es un proceso de conocimiento que establece un contacto intimo con la máquina y la complejidad de su cerebro, similar al mío pienso; este proceso íntimo y personal se convierte en ternura a medida que ahondas pues sabes que en última instancia estás trabajando con un ser indefenso y debil, ignorante incluso de si mismo y al que en cualquier momento puedes destruir o inutilizar simplemente desconectandolo de la corriente eléctrica.
Antonio Alvarado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario