Elogio de Ute Kadner
Jesús Gironés con Isabel González, concejal de cultura de Pozuelo de Alarcón. Inauguración de "10 años sin Ute Kadner".
Elogio de Ute Kadner
La pintura de Ute Kadner es gozosa. Ute, optimista histórica, busca y encuentra el ideal. Ella nos trae la huella de Grecia, de Roma, de Egipto, de Mesopotamia. Las más antiguas culturas están presentes en su obra luminosa y vital. Porque Ute sabe que la vida puede ser un juego de niños (o de dioses). A todos los mete en sus cuadros porque dibujar y pintar es sus forma de comprender, amar y acariciar las cosas. Así nos presenta a Ganímedes, a Parsifae, a Demeter, a Zeus o a Neith y nos cuenta sus historias, amores y andanzas.
Ella sabe que la pintura es la forma de
comunicación más antigua, antes de que existieran la televisión,
el cine o los periódicos: es la memoria que nos hace conocer lo
mejor de todos los tiempos.
Para Ute lo bello es normal y ese aire
de clasicismo que se respira en lo que crea solo es posible porque
pertenece a una cultura que desaparecería con ella si no fuese por
su obra, que quedará para alegría de nuestros cuerpos maltrechos.
Le gusta decir de si misma que es
ancianísima, aunque los que la conocemos sabemos que es una
niña indomable, insatisfecha siempre de lo que hace y lanzándose a
nuevas aventuras, así estos murales llenos del placer de la pintura.
Ute Kadner nació en Dresde, ciudad
maravillosa destruida durante la segunda guerra mundial.. Ella ha
hecho en Pozuelo su pequeño paraíso y nosotros somos afortunados
por ello. Por su lección de optimismo, vitalidad y civismo. Por su
capacidad para olvidar las ruinas y devolvernos el esplendor de los
dioses a nuestra imagen y semejanza. Lo que para algunos es un sueño,
ella lo hace realidad.
Jesús Gironés
octubre 1993
(texto escrito con motivo de la exposición de Ute Kadner en el antiguo PMC).
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