martes, 19 de noviembre de 2013

Elogio de Ute Kadner

Jesús Gironés con Isabel González, concejal de cultura de Pozuelo de Alarcón. Inauguración de "10 años sin Ute Kadner".

Elogio de Ute Kadner

La pintura de Ute Kadner es gozosa. Ute, optimista histórica, busca y encuentra el ideal. Ella nos trae la huella de Grecia, de Roma, de Egipto, de Mesopotamia. Las más antiguas culturas están presentes en su obra luminosa y vital. Porque Ute sabe que la vida puede ser un juego de niños (o de dioses). A todos los mete en sus cuadros porque dibujar y pintar es sus forma de comprender, amar y acariciar las cosas. Así nos presenta a Ganímedes, a Parsifae, a Demeter, a Zeus o a Neith y nos cuenta sus historias, amores y andanzas.
Ella sabe que la pintura es la forma de comunicación más antigua, antes de que existieran la televisión, el cine o los periódicos: es la memoria que nos hace conocer lo mejor de todos los tiempos.
Para Ute lo bello es normal y ese aire de clasicismo que se respira en lo que crea solo es posible porque pertenece a una cultura que desaparecería con ella si no fuese por su obra, que quedará para alegría de nuestros cuerpos maltrechos.
Le gusta decir de si misma que es ancianísima, aunque los que la conocemos sabemos que es una niña indomable, insatisfecha siempre de lo que hace y lanzándose a nuevas aventuras, así estos murales llenos del placer de la pintura.
Ute Kadner nació en Dresde, ciudad maravillosa destruida durante la segunda guerra mundial.. Ella ha hecho en Pozuelo su pequeño paraíso y nosotros somos afortunados por ello. Por su lección de optimismo, vitalidad y civismo. Por su capacidad para olvidar las ruinas y devolvernos el esplendor de los dioses a nuestra imagen y semejanza. Lo que para algunos es un sueño, ella lo hace realidad.

Jesús Gironés

octubre 1993
(texto escrito con motivo de la exposición de Ute Kadner en el antiguo PMC).

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